En esta obra, Kastro nos transporta a un mundo urbano donde los sueños y el café se entrelazan en una sinfonía de vida y movimiento. Cada trazo es como un edificio en el horizonte, reflejando la diversidad y la energía de la ciudad. La obra es un homenaje a la experiencia única de disfrutar del café en el corazón de la metrópoli, donde los sueños se convierten en realidad entre el bullicio y la actividad frenética de la vida urbana.