En este lienzo, Kastro nos invita a explorar la relación entre el individuo y el entorno urbano, donde las sombras se convierten en metáforas de la alienación y la desconexión. Las figuras se contorsionan en un baile de luces y sombras, creando una composición llena de energía y vitalidad. Los tonos sobrios y las formas minimalistas añaden una sensación de orden y estructura a la obra, mientras que los detalles intrincados invitan a una reflexión sobre la naturaleza de la vida en la ciudad moderna y nuestra búsqueda de identidad en un mundo lleno de ruido y caos.